Hoy en día, más de un millón de personas mayores de 15 años en Chile han sido diagnosticadas con trastorno de ansiedad generalizada (TAG), una condición que conlleva síntomas fisiológicos, cognitivos y conductuales significativos. Frente a esta realidad, Javiera Faust, inspirada por la propuesta de diseñadores como Peter Desmet, Patrick Jordan y Donald Norman, ha desarrollado un proyecto innovador como parte de su tesis de grado en la Licenciatura en Diseño Industrial, programa vespertino del Departamento de Tecnologías de Gestión (DTG).

En una entrevista, Javiera compartió cómo su interés por la psicología la llevó a investigar los trastornos mentales más comunes en Chile, decantándose por el trastorno de ansiedad generalizada debido a su alta prevalencia y la necesidad de alternativas asequibles al tratamiento convencional. «Decidí enfocarme en este trastorno porque, a diferencia de la depresión, las opciones de tratamiento son más limitadas», explicó Javiera.

Su proyecto se centra en el diseño de un kit de autorregulación que incorpora elementos sensoriales y tecnológicos para ayudar a los usuarios a gestionar su ansiedad de manera efectiva. «El kit incluye desde aromaterapia hasta elementos táctiles diseñados para proporcionar confort y reducir la ansiedad en momentos de crisis», explicó Javiera.

Al ser consultada sobre cómo el diseño emocional se integra en su proyecto, Javiera mencionó: «Donald Norman ha influenciado mucho mi enfoque. Quiero que el kit no solo sea funcional, sino que también establezca una conexión emocional con los usuarios, ayudándolos a reconectar consigo mismos durante períodos de alta ansiedad».

El proyecto ha recibido elogios por su enfoque innovador y su potencial impacto en la salud mental de los jóvenes adultos. «Mi objetivo es ofrecer una herramienta práctica que complemente la terapia psicológica existente y que pueda ser utilizada en diversos entornos», agregó Javiera.

Javiera destacó el impacto esperado de su proyecto en la calidad de vida de los jóvenes adultos chilenos: «Es un complemento accesible a la terapia tradicional, que puede ser costosa en nuestro país. Quiero ofrecer una herramienta práctica que ayude a las personas a gestionar su ansiedad de manera efectiva».

El proyecto recibió elogios por su originalidad y su potencial para mejorar la salud mental dentro de la comunidad universitaria y más allá. «Mis profesores, inicialmente sorprendidos por la diferencia de mi propuesta respecto a otros proyectos industriales más convencionales, me alentaron a seguir adelante y a incorporar nuevas ideas, como un smartwatch que integre la aplicación para monitorizar y guiar al usuario durante episodios de ansiedad», comentó Javiera.

Actualmente, el proyecto se encuentra en fase de revisión académica y estándarización dentro de la universidad. Javiera planea continuar desarrollándolo a corto plazo, explorando colaboraciones con centros de salud mental para ampliar su alcance y beneficiar a una mayor cantidad de usuarios necesitados.

Este trabajo no solo representa un avance significativo en el campo del diseño industrial aplicado a la salud mental, sino también una respuesta creativa y empática a una necesidad creciente dentro de la población joven del país.